Ficha técnica
Dirección: Vladimir MAIAKOVSKI (Владимир МАЯКОВСКИЙ), Evgeni SLAVINSKI (Евгений СЛАВИНСКИЙ)
Guión: Vladimir MAIAKOVSKI (Владимир МАЯКОВСКИЙ)
Intérpretes
Vladimir MAIAKOVSKI (Владимир МАЯКОВСКИЙ) …El gamberro
Aleksandra REBIKOVA (Александра РЕБИКОВА) …La maestra
Fiodor DUNAEV (Федор ДУНАЕВ) …El director de la escuela
Dirección artística: Evgeni SLAVINSKI (Евгений СЛАВИНСКИЙ)
Diseño de producción : Vladimir EGOROV (Владимир ЕГОРОВ)
Productora: Neptuno
Fecha de estreno en Rusia: 05/1918
Duración: 44 min. aprox.
Descarga
Torrents, YouTube [partes 1, 2, 3, 4], Descarga directa.
Visión directa en Youtube:
Subtítulos
En la película no hay intertítulos así que no ha sido necesario traducir nada. En el min. 6:10 la maestra se imagina ver desde su ventana unas letras amenazadoras que forman la palabra TRAKTIR, [ТРАКТИР], taberna. En el 18:26 aparece en francés, en la versión de descarga, el texto que le escribe el gamberro a la maestra: “Señorita, os amo.” En el 26:53 “Debo hablaros con urgencia. Es muy importante”.
Resumen
Barrio obrero. El dueño de la calle es un joven gamberro. A la escuela para adultos llega una nueva profesora, una chica muy agradable. El trabajo que tiene por delante es difícil: el ambiente ya desde la primera lección, cuando la conducen a la escuela, la asusta. Los alumnos, indisciplinados, gritan, destrozan. La madre del gamberro se acerca a la maestra para pedirle que influya sobre su hijo para corregirlo. Pero el joven ya de por sí cambia: la maestra le produce una profunda impresión. Camina por el parque y ella se le aparece triplicada: le parece que se le presenta al mismo tiempo detrás de tres árboles. Se sienta en una taberna y se le aparece en una visión, pasando entre la multitud. Agitado, se pelea con un conocido, que escandalizaba durante la lección, y lo expulsa de la taberna.
La profesora se lamenta al director del difícil trabajo en la escuela. El gamberro se encuentra con la profesora en el parque; va detrás de ella hasta su casa. Embriagado, se pasa toda la noche bajo su ventana. Por la mañana ella lo ve desde la ventana y se asusta. Él se va. Mientras la maestra lee a los chicos un libro, el gamberro en el parque escribe una nota en la que con otro nombre la llama para que vaya a ver a otra maestra, como si ésta estuviese enferma. Le hace llegar la nota con un chico. Al recibir la nota ella atraviesa el parque. Allí él la detiene y le declara su amor. Asustada, huye. La madre del gamberro se acerca de nuevo a ella para agradecerle que su hijo sea otro, que haya dejado de hacer gamberradas.
En la escuela los alumnos organizan un escándalo, burlándose de la maestra. El gamberro la defiende. Ella, desesperada, pide ayuda a otra maestra, al director, reza junto a un crucifijo en el parque. En ese momento, mientras reza, se acerca el gamberro y de nuevo le habla de su amor. Ella se va. El camino está embarrado y él extiende bajo sus pies su chaqueta.
Por la maestra se pelea con sus antiguos amigos que se habían burlado de ella. Se encuentra con ellos en un descampado. Se produce una escaramuza, se pelea con uno, después todos se lanzan sobre él y le golpean: en la pelea queda seriamente herido por un cuchillo. El gamberro va a morir. Pide a la madre que llame a la maestra. Ella llega y él se estira hacia ella. Ella le besa en los labios y él muere en silencio.
Así se resume la obra en las obras completas de Maiakovski. En realidad, en la versión original el gamberro se niega a besar un crucifijo que le presenta un cura. Tras ser besado por la maestra, acepta besar la cruz y muere en paz.
Obra original
La película está basada en el relato, de 1901, La maestrita de los obreros (La maestrina degli operai) de Edmondo d’Amicis. Sí, el mismo de Corazón –del que seguro recordáis una de sus partes: De los Apeninos a los Andes-. Hay que decir en su descargo que en los últimos años de su vida D’Amicis se acercó paulatinamente a las ideas progresistas hasta llegar a afiliarse al partido socialista. La obra recoge las experiencias de una maestra –de familia de clase alta- que toda su vida ha tenido miedo a las clases populares. La envían a un colegio para adultos en Turín y es acosada desde el principio por el obrero Saltaventanas. Éste, en todos sus encuentros, le pide un beso, a lo que la maestra siempre se niega. Cuando otro alumno molesta a la maestra Saltaventanas se lanza sobre él. A la salida de clase se produce una pelea a navajazos y Saltaventanas sufre una herida mortal. Al acudir a su lecho de muerte, por fin la maestra accede a besarlo.
El relato se puede leer en italiano, en edición digitalizada: archive.org o en página web. Existe una edición española, pero no he podido encontrarla en internet. Cabe recordar, por cierto, que se hizo otra película basada en este libro. Se trata de la producción argentina La maestrita de los obreros dirigida por Alberto de Zavalía con guión del dramaturgo Alejandro Casona. También se realizó un ballet en los años 70.
Enlaces
–Canal Kultura (en ruso). Hasta la versión que damos como enlace, se solía distribuir una emisión del canal Kultura ruso -grabada de una televisión con una resolución bastante mala, es el que se puede ver en YouTube- en la que se hacía un repaso de las obras de Maiakovski en el cine y se retransmitía esta película en su totalidad y fragmentos de ‘Oktiabrukhov i Dekabriukhov’. Éste es un artículo aparecido con motivo de dicha emisión.
–Libreto en sus obras completas (en ruso). Lo he traducido en el resumen.
–IMDB (en inglés). Los datos básicos.
–Kino-Teatr (en ruso) Datos básicos en ruso.
–Kinoglaz.fr (en francés). Más datos básiccos en una combinación de inglés y francés. Da, curiosamente, una versión algo diferente del resumen que también sería plausible.
-Entrada de Mimoid en Livejournal. (en ruso). Interesante porque aparecen las memorias de los participantes, que he traducido para este post.
-La entrada de nuestro blog sobre el cine de Maiakovski del año 18.
Curiosidades y memorias de participantes en la película
Evgeni Slavinski, el director
“Durante mucho tiempo (…) conservé en mi archivo un librito procedente de una edición de una biblioteca pública. Los márgenes de este librito estaban completamente llenos de anotaciones, con parte del texto tachado. En algunos lugares de los márgenes y en la cubierta amarilla había dibujos, croquis, planos de futuros cuadros. Era un libro con la obra del escritor italiano D’Amicis ‘La maestrita de los obreros’.
Me lo trajo, junto con inscripciones, tachaduras y acotaciones, Vladimir Maiakovski. Era, de hecho, el guión de nuestra futura película.
Nos sentamos juntos, deliberamos, comenzamos a confeccionar la hoja de montaje. Maiakovski durante la discusión introducía nuevas propuestas, a veces insólitas para la cinematografía de aquellos años. Le gustaba que yo le escuchase atentamente y en muchas cosas coincidía con su opinión. El director de otra de sus películas no quería tener en cuenta incluso las valiosas observaciones “de cualquier futurista”. En aquel tiempo en los estudios existía una peculiar directriz: a los guionistas no se les permitía el paso en los rodajes. Por si empezaban a interferir, a protestar contra las aportaciones de los directores, o a veces de los amos o amas a sus obras originales.
Pero en este caso el guionista interpretaba un papel principal, y además era Vladimir Maiakovski, poeta que respetaba profundamente y del que era amigo.
En señal de su buena relación Vladimir Vladimirovich me regaló el día del rodaje de la escenificación de “Martin Eden” [otra película de Maiakovski rodada ese mismo año] su libro ‘La nube en pantalones’ añadiendo una cálida inscripción’. <…>
Así, el librito de D’Amicis, cubierto de escritos y tachaduras de Maiakovski de cabo a rabo, se convirtió en nuestro guión para la realización de “La maestra de los obreros”.
Ciertamente, no el definitivo.
Antes del inicio de cada día de rodaje Vladimir Vladímirovich me informaba de sus nuevas ideas y propuestas, pero para realizarlas por completo hubiera sido necesario disponer de tiempo.
Pero nos dieron para toda la realización de la película apenas una semana más. El rodaje se tenía que hacer día a día, continuamente, sin tregua. El empresario no hubiera tolerado horas muertas.
Mientras tanto, las correcciones, introducidas por mi insólito actor en la puesta en escena, las ordenaba siempre con laconismo, sencillez y claridad. No se podía estar en contra de ellas. <…>
Antes del inicio del día de rodaje hacíamos conjuntamente las hojas de montaje y comenzábamos a trabajar. La película “La señorita y el gamberro” fue grabada básicamente en el territorio del taller, que tenía un pozo, un prado pequeño, un jardín. Fue necesario representar algunas escenas sobre el telón de fondo de calles poco atrayentes de la poco importante zona.
Para este fin no hizo falta levantar decorados, no hubo que hacer salidas lejos de Moscú “a la naturaleza”. Bastaba salir a la puerta del taller.
El mismo callejón Samarski y la calle a la que se unía, la calle Ekaterinski, con sus casitas de madera, con calzadas empedradas, nos servían como fondo.
Una serie de escenas en las que aparecía el gamberro en las calles las grabamos en el barrio en el que se encontraba el taller, y en el territorio de la parte baja del parque del TsDKA.
Maiakovski introdujo en la película escenas que no aparecían en el relato. Se le ocurrió el episodio en la tasberna en la que entre los gamberros que se estaban emborrachando se le aparece la visión de la maestra pasando entre la multitud.
<…>En la escena “el gamberro en la tasca” aparece este rasgo: el camarero trae al gamberro cerveza, colocando delante suyo un vaso. Maiakovski, el intérprete del papel de gamberro, coge el vaso y lo mira atentamente por dentro y por fuera.
Este era un gesto muy propio suyo. Vladímir Vladímirovich se caracterizaba por la aprensión, la limpieza, era excepcionalmente aseado. <…>
Casi no se prepararon decorados para la realización de la película “La señorita y el gamberro” <…> Se trataba de usar todos los rincones. Un rinconcito representaba la habitación de la maestra; otro, la escuela; el tercero, el despacho del director o la habitación en la que muere el protagonista de la película.
Por cierto, la única pelea con Maiakovski durante el rodaje de esta pelicula se produjo por culpa del final. Según D’Amicis, el gamberro agonizante permite a la amada chica dejar llegar hasta él a un sacerdote. Maiakovski tachó al sacerdote. Pero a instancias de la dirección aparece el sacerdote al final de la película a pesar de todo.
Más tarde, cuando la película estaba lista para proyectarse en las pantallas soviéticas, quitaron este final y cambiaron el nombre de “La señorita y el gamberro” por el inicial “La maestra de los obreros”.
Cuando en 1921 llegué del frente <…>, todavía se proyectaba en los cines esta película. En el primer encuentro con Maiakovski me dijo: “¡Pues si que ha dado vueltas nuestra señorita con el gamberro hasta ahora! <…>
Muy puntilloso con todas las menudencias de la vida en los estudios, Vladímir Vladímirovich como actor podía servir de modelo para todos, aparecía siempre sin retrasos en el rodaje con su sencillo traje, despreocupado del ruido de la calle. Este traje lo imaginamos conjuntamente, y resultó bastante bueno: con él Vladímir Vladímirovich se sentía libre y el aspecto exterior no era demasiado gamberro. Antes del inicio de la realización trajo correcciones a la puesta en escena. <…> En general, fue obediente, atento, y todo el rodaje transcurrió sin roces. <…>
Maiakovski, que no era actor, se mantenía ante la cámara magníficamente: era tranquilo, pillaba rápidamente y sin artificios las sugerencias del director durante el rodaje, se sabía e interpretaba con exactitud su papel. En general, en él la interpretación se notaba natural y con ausencia de pose. No hacía falta ensayar mucho con él. <…>
No le gustaba maquillarse. Acordamos que sólo sombrearía ligeramente los ojos y se empolvaría. <…>
Siempre jovial, entusiasmado, alegre, Vladímir Vladímirovich enardecía a los demás participantes del rodaje, subiendo el estado de ánimo y reforzando el interés hacia la creación de la película.”
“En aquel tiempo mi trabajo principal estaba en el primera escuela teatral del Teatro Artístico de Moscú. Yo, como todos nuestros estudiantes de la escuela teatral que trabajaban con Stanislavski y Bakhtangov tenía una seria actitud hacia el trabajo en el teatro y el cine.
Para mí el problema de la pareja era indiferente.
Estaba aterrorizada: ¿qué tipo de compañero resultará ser esta persona nueva en el cine, y además con fama de poeta-escandaloso?
Pero los temores resultaron vanos.
A pesar de que Vladímir Vladímirovich a menudo bromeaba y se divertía como un niño en los descansos entre grabaciones, resultó ser una auténtica pareja.
En los momentos en que era necesario era (en un grado muy superior que en algunos profesionales) auténticamente serio en escena, con ojos vivos auténticamente humanos y una auténtica comunicación con la pareja.
A. Rebikova en el libro de M. Polianovski “Maiakovski actor de cine”, 1940
E. Ivanov-Barkov, director soviético, en 1918 director de Goskino
“En medio de un descampado había un pabellón de rodaje como era habitual en aquel tiempo, acristalado por todos sus lados. Era como un cobertizo. Cerca se encontraba una instalación auxiliar.
El descampado estaba desierto y tranquilo. En el espacio delante de la entrada del pabellón estaban desperdigadas piezas de decorados, y en ellas se sentaban y se aburrían tres o cuatro personas. Estaban maquilladas. Evidentemente, eran una especie de actores, y habíamos ido a parar al descanso de la grabación de alguna película. Nos acercamos a esta gente y les preguntamos:
-¿Qué graban aquí?
Uno de ellos, que se sentaba de espaldas a nosotros, girándose, echó una mirada centelleante inconfundible con atentos ojos negros. Con sorpresa vi que era Maiakovski, pero aún me sorprendió más cuando me di cuenta de que también estaba maquillado. Explicó que se estaba grabando la película “La señorita y el gamberro” según su guión. ¡Maiakovski en el cine! <…> Yo, como artista y como director de estudio, estaba muy interesado en ver según que plan se conducía el rodaje.
<…> Con permiso de Maiakovski me apresuré al pabellón. Pero allí no había nada especial: los iluminadores cambiaban de sitio los “Júpiter”, los atrecistas colocaban las cosas más normales en los decorados más normales. ¡Nada de futurismo!¡Nada de cubismo!
Maiakovski comprendía que el arte del cine tiene sus propias leyes, que es una nueva voz en la creación artística humana y que, en una palabra, es necesario aprender a dominar…”
E. Ivanov-Barkov “Encuentros inolvidables”, 1971, p. 194.
Viktor Shklovski
“Él interpretaba sin maquillaje y no le gustaba mucho a Antik (P. Antik, el propietario de la productora”Neptun”). Cuando el amo se peleó con Maiakovski, éste con calma contestó:
-Sabe, en caso extremo puedo escribir poesía.”
V. Shklovski “Por los 60 años”, 1985
V. Maiakovski
“Tonterías sentimentales por encargo… Tonterías no porque fuesen peores que otras, sino porque no fueron mejores…. El director, el decorador, los artistas y todos los demás hicieron todo lo posible para quitar las cosas que no fuesen de interés”.
En una introducción prevista a una serie de guiones escrita en el año 27.
Mi opinion
Coincido plenamente con esta última opinión de Maiakovski y con la de Ivanov-Barkov. Uno se hubiera esperado mucho más de un Maiakovski futurista. La película no es más que otro melodrama. Como sabemos, el objetivo de Maiakovski era conseguir experiencia para posteriores películas. Por las circunstancias que hemos visto en nuestras entradas anteriores, no pudo ser.
3 thoughts on “La señorita y el gamberro – Барышня и Хулиган (1918)”